Iva Zanicchi en Buenos Aires, la cantante que le gustaba al Padre Pío

Buenos Aires (AICA): El último sábado 3 de junio, en el marco del programa “Verano Italiano”, auspiciado por la República de Italia, se presentó en el Teatro Coliseo, de esta ciudad, la cantante Iva Zanicchi, que cerró su recital con una mención al Papa Francisco. El padre Pío de Pietrelcina había manifestado su gusto por el canto de esta artista, que ha manifestado: ¨No debemos avergonzarnos de expresar nuestra fe¨.
El último sábado 3 de junio, en el marco del programa “Verano Italiano”, auspiciado por la República de Italia, se presentó en el Teatro Coliseo, de Buenos Aires, la cantante Iva Zanicchi, que cerró su recital con una referencia al Papa Francisco. El padre Pío de Pietrelcina había manifestado su gusto por el canto de esta artista, que ha manifestado: “No debemos avergonzarnos de expresar nuestra fe”.

La presentadora Canela inició la velada con un “Buonasera, trato de repetir las palabras del papa Francisco en el día de su elección, en 2013”, anticipando, tal vez, un comentario religioso que iba a llegar al final del show.

Vestida de rojo hasta los pies, histriónica y sin ceremonias, la única artista italiana que ganó tres veces el Festival de San Remo cantó una veintena de temas que incluyó “Zingara”, “La riva bianca, la riva nera” y “La distancia”, el hit de Roberto Carlos que se escucha en italiano en “Grupo de familia”, el filme de Luchino Visconti.

Entre pedidos de bis, señaló que el año pasado y con permiso del Vaticano, grabó “un video con un Padre Nostro cantado, donde también se ve y se escucha al papa Francisco mientras reza”.

En relación con esta obra, hay que decir que la religión está presente en los reportajes de la artista, oriunda de la región de Los Apeninos, para la televisión italiana. En uno de ellos aclara que el producido de ese video se destina a obras de caridad y que ella se ofrece a ir a cantar esa canción en forma gratuita, al final de la misa, en las iglesias pequeñas y alejadas de los centros urbanos.

En tal sentido, explica a Lucía Ascione, del programa “Bel tempo si spera”, que esas iniciativas se le ocurren porque la suya “era una familia de fe, como casi todas las de la época. Siempre me encomiendo a mi madre y a mi bisabuela María, devota de Santa Úrsula, que rezaba el rosario todos los días”.

“Aunque se sentía perfectamente bien, un 18 de junio a la mañana, mi bisabuela se vistió con el hábito terciario de Santa Úrsula y se acostó porque sabía que ese día, cuando empezara la misa de las once, iba a morir. Al rato de estar rezando se quedó dormida para siempre”, cuenta quien hoy es, también, una conductora y actriz que ha participado en política. Y agrega: “Dicen que esta santa les anticipa a sus devotos la fecha de su muerte”.

Casi adolescente logró vencer la desconfianza familiar (“Si no triunfás en un año, volvés y yo te compro una máquina para tejer géneros”, le dijo el padre), y contó con el apoyo del párroco.

En la misa del último domingo antes de su viaje a Reggio, Don Ciloni advirtió a su feligresía: “La hija de Zanicchi se va del pueblo para estudiar canto. No quiero escuchar ni un solo chisme ni maledicencia.” La cantante hoy reconoce que los hubo, y muchos, pero en secreto…

También señala a esa periodista que uno de sus santos preferidos es San Leopoldo Mandic porque a él le rezaba cuando su papá, “que estaba en coma, abrió los ojos antes de partir”. Junto con el Santo de Pietrelcina, el papa Francisco los declaró “Santos de la Misericordia” por haber dedicado su vida al confesionario.

Entrelazada con más de cincuenta años de carrera, la intérprete atesora su visita a los capuchinos de San Giovanni Rotondo, quienes le contaron que cuando el Padre Pío la escuchó cantar el tema vencedor de San Remo en 1967, les dijo: “Beh, questa guagliona canta proprio bene” (Esta chica sí que canta bien). Así lo contó en una edición reciente de la gala “Una voce per Padre Pio”.

Aunque algunos hoy le critican sus actitudes religiosas, ella sostiene que “no debemos avergonzarnos de expresar nuestra fe”.

En el Teatro Coliseo, Zanicchi, que había visitado la Argentina por última vez en 2004, cantó acompañada por los maestros Giandomenico Anellino (guitarra) y Roberto Magnamensi (piano). La aplaudió una sala entusiasta, a la espera de verla otra vez el año próximo, cuando ofrecerá una serie de recitales. Asistieron la embajadora de Italia, Teresa Castaldo; el cónsul general, Ricardo Smimmo y otras autoridades diplomáticas y administrativas, y en el acto se entregaron condecoraciones a descendientes de italianos.

Antes del cierre la artista declaró que, como tantos italianos y personas de todo el mundo, amó “al papa Bergoglio desde que salió al balcón”.+ (María F. Macri)

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